Las
mil razones que llevaron a la concepción de los millones de seres que existen en
este mundo podrían ser material de cientos melodramas, novelas serias, tesis psicológicas
aburadísimas, y estudios del comportamiento
humano de lo más generalizadores o esclarecedores. Pero están ahí escondidas en
el interior de esas madres y padres: quizás ignorantes de las razones de su
propio accionar algunos, otros plenamente conocedores y aceptadores de ellas,
otros que se arrepintieron un poco y no lo dirán nunca, muchos que se
equivocaron de cónyuge, otros muchos que actuaron por deseos carnales descontrolados
y todos al fin terminaron cambiando pañales. Y así, la historia humana se debe
iniciar en el porqué de la primera copula y esos primerísimos humano-monos que
fundaron nuestra estirpe.
El
caso es que todos los progenitores alguna vez, en alguna de esas noches en
vela, en alguno de los berrinches frente al juguete que no podemos comprar o en
algún mal momento de los que abundan nos preguntamos: ¿En que me metí trayendo
un ser al mundo!? (El que nunca lo sintió sea bienvenido a escribirme, necesito
saber su historia y de ella aprender mucho). Y que es esto en lo que nos
metimos, veamos, algo que para empezar va a durar muuucho tiempo. Segundo: todo
ese tiempo que teníamos para nosotros se esfumó, se fue antes de que supiéramos
realmente valorarlo y ahora que lo clamamos a gritos y nos detestamos por
haberlo malgastado, ya es tarde. Tercero: nunca es suficiente, de todos los
esfuerzos que hagamos, siempre va a hacer falta un poco más, eso es ley. ¿Y
todo para que? Voy a decir algo mala onda porque es así, de esto no tengo
dudas: para que en la adolescencia nos odien: algún reproche sobre su crianza
siempre van a tener, o si tenemos suerte solamente nos tengan un poquito de
bronca y después se les pase.
Por
suerte hay muchas partes positivas en todo esto y la balanza suele la mayoría
de las veces torcerse hacia mismo lado: si volviera a nacer quiero volver a
tenerte.
Es siempre esperanzador saber
que hay tanto amor que recibimos, todo
lo que sin saber nos están enseñando, todo lo que todavía somos capaces de
darle al mundo a partir de este ser. Por que al final todo va a salir bien si
logramos que estos personajes aporten al mundo algo de bien. Como a su modo lo
lograron nuestros padres, y abuelos, y unos cuantos filósofos geniales que
andan dando vueltas por ahí.
Foto: By Lucia S. mi sobrina una genia.
Me encanto, realidad pura!
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