viernes, 21 de diciembre de 2012

Sálvese quien pueda: se acercan las fiestas...



Terminar un año es agotador por todo lo que implica, y las fiestas y el calor no colaboran a aligerar los nervios sino todo lo contrario. Todo, a fines de diciembre es más incómodo, más caro, más escaso de tiempo y más largo. Entre el odio que le tengo a las imágenes de Papa Noel y el consumismo masivo (en el que me incluyo) a la reunión que le crispa los nervios a los dueños de casa y tener que planear las vacaciones, todo es complicadísimo e insisto, el calor no ayuda. A este año se sumó el supuesto fin del mundo que tuvo algo en vilo a algunos pobres mortales.
         Cuando era chica esperaba con devoción estas fechas, antes no era común recibir regalos durante el año, exceptuando cumpleaños, navidad y reyes, eran las únicas fechas en las que algo se recibía. Hoy en día me tiento y le traigo pavadas siempre a los chicos, ni hablar de los que consumen casas de comida rápida, los juguetes son algo más común.
         Pero la escena crispadora de nervios de la Av. Santa Fé repleta de gente con bolsas, y nos llevamos puesto a uno y le sonreímos con esa sonrisita falsa de las fiestas. Y hay que olvidar a la menos cantidad posible de personas. Y hay que hidratarse. Y uno por momentos lanza algún improperio contra las fiestas.
         Pero luego, la carita de emoción ante la expectativa de los chicos, como se divierten armando el arbolito, como se asustan o se fascinan con esos sonidos aterradores de los fuegos artificiales. Y la familia fingiendo unidad, y todo eso tienen su encanto… pero lo más importante es que las vacaciones se acercan. A descansar mamás, y a pasar unas muy lindas fiestas!


En la foto, Sarita muy guapa armando el arbolito.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Parole, parole, parole




A las mujeres se nos atribuye el defecto de parlanchinas, o al menos de hablar más que los hombres. Me di cuenta que no es en vano ya que los hijos pasan sus primeros años más tiempo con la madre que con otra persona, y si no es la madre serán niñeras o enfermeras, que suelen ser trabajo de mujer. La madre está dando teta y esta hablando, la madre esta con amigas, charla, charla por teléfono. Generalmente las mujeres no paramos de hablar, el niño se duerme y la madre sigue dale que dale con la labia. O el padre, porque no, los chabones también hablan,
Hay estudios importantísimos que hablan de el momento en que se adquiere el lenguaje, y es en esta etapa. Un día de la nada el niño empieza a repetir palabras, sorprendiendo a todos. En ese momento no ha terminado la tarea que la madre empezó sin darse cuenta. Sino que viene la parte más importante, porque a este lenguaje hay que pulirlo. Por un instinto maravilloso y primigenio nos dedicamos sin siquiera cuestionarnos como hacerlo a enseñarles a hablar, sabemos que palabras y sonidos repetir, le vamos inculcando la parlanchinería.
Creo importantísimo destacar que hay que corregirlos. Porque los nenes hablan mal y nos encanta, nos enternecen los errores que cometen. Es gracioso y entrañable oírlos decir “pipótamo” o “licóptero”. Pero de los niños el referente en esta sociedad somos nosotros, se ejemplo de cómo es la vida real lo toman observándonos. Y ellos van a tener que insertarse tarde o temprano en un mundo  en el que la estatua no es una “estuata” y el jamón no se llama “mamón”. Por eso hay que hacer de tripas corazón y corregirlos siempre, las mil veces que la digan mal para pulirles la dicción y sean seres más maravillosos de lo que ya son.
Conclusión que esa condición femenina de “cotorras” tiene su lado útil, porque aunque te quejes de cómo hablan las mujeres a vos te enseñó a hablar una de ellas. 

En la foto: el niño que habla demasiado jajjaja.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Madre hay una sola




Insustituible me siento cuando abrazo a mis hijos y ellos se logran relajar porque saben quien soy. Porque sabemos los tres cosas muy arcaicas de nuestra existencia por el solo echo de estar aún unidos y haber luchado ellos en el frente y yo en retaguardia, ellos carne de cañón y yo solo una especie de refuerzo, el ser que les hacía el aguante más que nadie.
Y crecen sin parar como crecían dentro de mi útero y entonces los definí así: nada los detiene. Y esa definición se hizo realidad porque muchos factores intentaron detenernos y los superamos. ¿Algo más quiere ponernos a prueba? Me río solamente de que lo intenten.
Que milagro maravilloso la vida, que ganas de gritarlo al mundo, pero no es fácil para todos de entender, y eso también es comprensible. Y a veces da un poco de pena verlos preocuparse tanto de cosas tan triviales, realmente: échense, que en el fondo, hondísimo, la tenemos todos más fácil de lo que pensamos.

En la foto: Los melli dormidos en el medio de un picnic, ellos en paz.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Mamita a bailar




Pocas cosas me enfurecen tanto como preguntarle a una mujer que va a hacer esta noche y que se ría y después conteste “obvio que nada”. No es una obviedad que una persona deje de tener vida social y amigos por dedicarse a la maternidad, es un error, es un problema de nuestra sociedad, algo que debe ser modificado.
Entiendo que no es época de adolescencia y de volver a casa al mediodía siguiente con una borrachera que nos impida caminar. No pretendo eso, aunque no lo censuraría si no se volviera una costumbre. Solo pretendo que las almas se liberen un poco porque luego a los mismos hijos les termina afectando nuestra frustración. Los hijos son felices si nos ven felices, la alegría se enseña y se practica. Alguien que adoro me enseñó que para estar bien hay que tener voluntad de estar bien. Aunque parezca paradójico tener que decirlo, pero es que veo a tanta gente sumiéndose en depresiones que parecen casi disfrutarlas… ¿O es que es más fácil estar mal?
Hablando con un amigo sobre sus padres, que el considera aburridos y sus tíos que según sus palabras (que me encantaron): “la rockean” y siempre la rockearon aun con hijos y son seres felices, que se juntan cada tanto a tomar algo y reírse un poco y después vuelven a sus vidas con felicidad, crían a sus hijos con felicidad. Es relajarse un poco, largar la tele y el feis… la vida real es la que va.
Si el impedimento para salir es un marido que cela… no entiendo como no se dan cuenta las chicas que el tipo va siempre después del laburo a tomar algo con amigos, va a fútbol…  Por alguna egoísta razón he visto a estos hombres hacer lo imposible para que sus hembras no vean la calle que se queden cuidando el rebaños. Estas mujeres suelen sufrir de baja autoestima y creen que si salen no podrían ni hablar con nadie, no se sienten lindas porque tampoco estan bien atendidas… pero esto creo que es tema para otra entrada larga y tendida. Las solteras usan la soltería como excusa para no salir… mh me parece que todo lo contrario. Porque aunque no podemos elegir lo que nos pasa en la vida, igualmente a la posibilidad de encontrar a alguien hay que darle un empujoncito… no creo que aparezca el príncipe azul por Internet.
Si tenés al pibe durmiendo con vos llamas a todos tus amigos a que vengan a tomarse un vinito con vos, siempre alguno va a hacerte la gamba. Si tenés la posibilidad de salir a la calle, y no tenés con quien… salí sola madre, fundite con la noche, metete en una pista, nadie sabe ahí quien está con quien, baila, mové las caderas… me lo agradecerás.

En la foto la Vandi, una mamacita hermosa, se maquilla pa salir a rockearla! divinaaaa

jueves, 29 de noviembre de 2012

Madraza era mi madre...



“Sos una madraza”: Eso, cada vez que lo dicen de mi pienso: que injusticia como así de la nada puedo parecer y hacer creer a tanta gente que soy una madre excepcional sin serlo en absoluto y en cambio mi madre, tantas veces juzgada como una mala mamá por nosotros en sucesivos enojos y siendo un ser tan abocado, tan desvelado y de seis energúmenos que le han dado alegrías intensas pero también ojeras y marcas de expresión a causa de las angustias que, sobre todo yo misma, le provocamos.
       Fui pésima hija, y sin embargo mi madre ha sido una abuela perfecta, demasiado perfecta, una abuela madre con mis hijos. 
Creo que la gente confunde mi acitud de alegria ante la historia de mi hija especial con ser buena madre, bueno yo me tomo todo asi, como los nenes se toman todo con esa actitud de encogimiento de hombros. Que le vamos a hacer... las cartas ya están echadas, las cagadas ya nos las mandamos, y la vida que tenemos es ésta y no otra. Ahora a disfrutarla y si es con alegría mucho mejor.
Lo que si quiero pedir es publicamente: Gracias mamá, y no hay forma que te pida suficientes disculpas por ser este barrilete alocado que soy.


la foto: Sarita comiendo chocolate hace muchos años... la saqué yo. Correción: está comiendo TIERRA!!!

miércoles, 28 de noviembre de 2012

De la gestación




Al principio no se sienten los latidos pero se pueden adivinar ahí, perdidos entre mil ruidos menos importantes pero más agresivos, por lo tanto obligatorios de oír.
El embrión o la pareja de embriones no mide más de tres milímetros y sin embargo comienza la revolución física. Todo lo que era normal en el funcionamiento de las tripas ha dejado de serlo, algunas mujeres consideran esa circunstancia como una incomodidad.
Todo contratiempo que en este proceso suceda debe ser considerado leve. Es equivalente al milagro que viene, especial premio de la naturaleza.
He observado y me apasiona hacerlo, la forma en que mis opuntias (una clase de cactáceas) dan a luz un brote o gajo, ellas fabrican a sus iguales pero no los separan de su cuerpo.
Salen esas orejas, dos sobre la primera y allí se quedan creciendo hasta una forma adulta que seguramente dé a luz otras dos más la próxima primavera.
Me alegro de no ser cactácea porque mi trabajo es lograr que estos, mis frutos, salgan y aprendan a ser libres a pesar de mi influencia.

Un día el ser humano puede despertar y darse cuenta de las mil cosas que le prohibieron, que se prohibió y que prohibirá a los que dice querer.
Pero ese milagro, que llamamos anagnolisis en literatura, sucede a muy pocas personas durante su existencia.
Es probable que ese día comience a pensar cuales ideas enseñará a sus vástagos y cuales descartará por considerar incorrectas.


Recibiendo únicamente lo que para ellos sea necesaria y certera experiencia. No mantener a ningún cordero obligado a su corral sino que aprendan lo que a mí cada vez más me cuesta que es a separarse. A ser libres.


La foto: de mi colección de plantas en latas, la lata de Free! foto sacada por mi.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Piojosos


    Cuando yo iba a primer grado la cosa era así: en el colegio un día (previo aviso en el cuaderno) se procedía a revisar las cabezas de los alumnos. Luego te encontraban piojos, (al menos a mi que éramos seis hermanos y no existía el peine metálico.) Luego para reinsertarte a la actividad escolar tenias que: sacarte los piojos y luego concurrir a un lugar sórdido y bastante feo llamado “Sanidad escolar”.
Allí nos dirigíamos con mi madre y su admirable paciencia que no heredé: “Si te pica no te rasques” prevenía ya rendida ante el poder soberano de la pediculosis. La noche anterior había sido un martirio con todos esos líquidos en el pelo y el peinecito que no sacaba nada y la picazón y “te reviso” y los sonidos de exclamación ante la cantidad de liendres o “están todas vivas” y “ayyy” (tirón de pelo) “Dejame que te las saque sino van a nacer más” o la frase de mi madre que se convirtió en una especie de refrán chino para muchas cosas en nuestra familia: “Ya ni te pica”. Le huíamos y rabiábamos ante esta frase que ya era hecha de tanto decirla, ella jamás desistía siempre ha sido demasiado fuerte ante estas adversidades.
Sanidad escolar era un lugar que a Kafka le hubiera inspirado una novela en tres tomos. Era una sala de espera ruidosa y fea, sucia, con los posters que nadie quiere leer sobre prevenciones que suenan poco creíbles. Estaba lleno de chicos enfermos a medio curar y madres que bostezaban y retaban de más por el mismo cansancio. Se concurría muy temprano, tan temprano que se salía de casa aun de noche, porque había que ir al colegio lo menos tarde posible y con el papel que te firmaban ahí que indicaba que estabas apto para estudiar en sociedad. Una señora con muchísimos rulos y careciente de simpatía nos revisaba la cabeza y ahí el alivio de entender que era una especie de ritual, casi un chiste, que la tipa abría un mechón y miraba y si no tenias un piojo ahí mismo (casualidad improbable) firmaba y sellaba el papel y te ibas directo a la escuela un poco decepcionado porque habías tenido la esperanza de que te eximieran y volver a la cama a rascarte en paz, sin que te censuren.
Conclusión: los padres de hoy en este tema la tenemos realmente fácil… aunque los piojos estén más resistentes, aunque los colegios ya casi no revisen, aunque los líquidos sean pensados para no matar del todo y supuestamente exista una conspiración en la cual echan en la arena de las plazas bichitos para vender más… aun asi no tenemos sanidad escolar y tenemos la posta: larga vida al peine de metal!

 La foto: By mis sobrinos Aussys en el museo de Ciencias Naturales... no es un piojo!